El gato se esconde tras la esquina rota.
Sabe que se comió la sopa,
sus bigotes lo delatan.
Te observa ante la pena del castigo.
Sigiloso sigue la sobra de tus pasos.
El gato no sabe que ya lo has perdonado.
El gato eres tú.
Llénate de mí Llénate de mí. Ansíame, agótame, viérteme, sacrifícame. Pídeme. Recógeme, contiéneme, ocúltame. Quiero ser de alguien, quiero ser tuyo, es tu hora. Soy el que pasó saltando sobre las cosas, el fugante, el doliente. Pero siento tu hora, la hora de que mi vida gotee sobre tu alma, la hora de las ternuras que no derramé nunca, la hora de los silencios que no tienen palabras, tu hora, alba de sangre que me nutrió de angustias, tu hora, medianoche que me fue solitaria. Libértame de mí. Quiero salir de mi alma. Yo soy esto que gime, esto que arde, esto que sufre. Yo soy esto que ataca, esto que aúlla, esto que canta. No, no quiero ser esto. Ayúdame a romper estas puertas inmensas. Con tus hombros de seda desentierra estas anclas. Así crucificaron mi dolor una tarde. Libértame de mí. Quiero salir de mi alma. Quiero no tener límites y alzarme hacia aquel astro. Mi corazón no debe callar hoy o mañana. Debe participar de lo que toca, debe ser de metales, de raíces, de alas. No p...
Eres el punto de quiebre temblor de hojas, verdes montañas de silencio. bajo tu regazo, mi olvido. espuma de mar sabre la sangre cálido sol de marzo. A tu encuentro se posa la frágil mariposa de los muertos, expectación de humo. Sobre los aros de sombras noche de capullo y erizo.
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