✨ Novena en la lista
En un auditorio lleno de nombres,
donde el azar vestía traje de protocolo,
yo era la novena en la lista de prelación para elegir mi centro de trabajo.
la que aún no sabía si el cielo la miraba.
Solo se ofertaron tres plazas.
Dos en Cancún, ya tomadas.
Una en Chetumal,
donde está mi raíz, mi camada, mi mapa emocional, mi tribu.
El primero eligió con voz segura.
El segundo agradeció con alivio.
El tercero dijo no.
El cuarto no vino.
El quinto se negó.
El sexto, ausente.
El séptimo, otro no.
Mi amiga susurró: “No pierdas la fe.”
Y yo la sostenía como quien abraza un hilo de luz.
El octavo se levantó.
Dijo: “Soy de allá.”
Mi corazón se encogió como papel mojado.
Preguntó por el horario.
Quiso negociar con el tiempo.
Pero el tiempo no cedió.
Y entonces,
como si el universo respirara conmigo,
declinó.
El conductor pronunció mi nombre.
Cathy
Novena en la lista.
¿Le interesa la plaza en Chetumal?
Me puse de pie.
Temblando, pero entera.
Y dije:
“Sí, acepto.”
Aplausos.
Miradas cómplices.
Mi gente de Chetumal celebrando el milagro discreto.
No elegí.
Fui elegida.
Por la ciudad que me conoce.
Por el aula que me espera.
Por la historia que aún no termina.
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